Asumiendo la disolución de la Eurozona

Hace ya muchos meses opiné que la €zona está moribunda y para mi ahora la duda no es si se muere o no sino cuándo y cómo. La €zona fue un invento de los políticos que chocó en su momento con la oposición de muchos economistas y de mucha gente que no se podía creer algo tan extraño como que países tan diferentes como Finlandia o Portugal compartieran una misma moneda y banco central sin una unión política con la excusa de que ambos eran europeos (¿alguien entendería a día de hoy que Rumanía y Suecia se unieran para compartir banco central y moneda?). Durante años nos hicieron creer que los equivocados éramos los que veíamos lo chirriante del tema pero esta crisis ha demostrado empíricamente que la €zona no funciona y que su fin es irreversible porque para su existencia es necesaria una unión política, unos Estados Unidos de Europa cuya voluntad de creación no existe ni en los actuales dirigentes ni en la población –que al fin y al cabo es lo más importante- de cada uno de los países. Y gran parte de culpa de eso es la política de rescates que se inició con Grecia en mayo de 2010. Se han publicado encuestas que dicen que los alemanes están en contra del rescate a la banca española y de nada les vale que tras la guerra mundial que ellos provocaron la comunidad internacional les ayudara pero es que si hiciéramos un referéndum en cualquier país de Europa no rescatado donde se explicara el riesgo financiero real que supone la política de rescates seguramente en todos se rechazaría. Estamos quitando inversiones de políticas de empleo o de investigación para prestar un dinero que no tenemos a otros países pero no para que su población viva mejor sino para que paguen sus deudas a los acreedores que tienen. Estoy seguro que la mayoría de los europeos no quiere pagar más impuestos o recibir menos prestaciones públicas de su propio país para eso.

Lo primero que creo debemos hacer es desdramatizar, aquí no muere nadie, simplemente se rompe un acuerdo y asumirlo, como dije hace más de 2 años con un simple “el experimento ha sido interesante pero ha fracasado” (curiosamente hace unos días el nefasto  Greenspan hizo una reflexión similar). Cuando nos ponemos a imaginar la disolución de la €zona el gran problema que surge es la deuda externa, ¿cómo pagarla si debemos euros y tenemos neopesetas? Evidentemente habrá algún tipo de acuerdo y quiero dejar claro 2 cosas:

  • Todo lo imaginable es posible y si Italia lleva años viviendo con una deuda pública del 120% del PIB y la de Japón supera el 200%, ¿por qué no puede Alemania llegar al 150%? Quiero decir que es evidente que el gran perdedor será el gran acreedor, que es Alemania, pero también quien mejor puede soportarlo. Si nos dicen en 2007 el dinero que los estados se han gastado en salvar al sistema financiero durante estos años habríamos pensado que era algo imposible, que ninguna economía podría soportarlo…y se ha hecho. Recuerdo cuando a finales de 2008 surgió el Plan Paulson que suponía una inversión de 700 mil millones de $ … aquella cifra parecía enorme, increíble de manejar, el debate en el Senado norteamericano fue muy polémico por lo excepcional que resultaba y sin embargo esa cifra –que se ha ido ampliando en los EUA- es la misma que ha prestado a la banca BCE con sus 2 LTRO y su efecto se ha diluido en menos de 3 meses. Repito, lo que ahora parece imposible de pagar –el coste del fin de la €zona- estoy convencido que será asumido de una forma u otra.
  • España es la 12ª mayor economía mundial, la quinta mayor economía europea, y la cuarta de la eurozona . En serio, no somos Grecia (ni Uganda). Estamos en un momento muy delicado de nuestra economía, no hay buenas perspectivas pero no dejaremos de ser lo que somos aunque no usemos el euro, si acaso dejaremos de ser lo que creímos ser pero nunca fuimos.

En mi opnión la Unión Europea es como la ONU, funcionan muy mal, pero si no existieran habría que crearlas. En ambas instituciones manda quien más dinero pone y personalmente las reformaría de arriba abajo, especialmente la labor de la “eurocámara”, institución costosa a la que los votantes europeos le han dado la espalda y cuya inutilidad (puesto que las decisiones importantes las toman en la Comisión europea) sólo es superada por la del Senado español. Pero la Unión Europea seguirá existiendo, no hay motivo para que no se siga avanzando en la idea de intentar homogeneizar normas y leyes y de aspirar a tener una única –y más fuerte- voz en el escenario internacional y hay muchos miembros de ella que no están en la €zona y que nos pueden servir como reflejo de lo que puede ser el futuro. Ahora el asunto es saber si esos dirigentes políticos –tan eficaces para dilatar los problemas como hicieron con Grecia pero tan inútiles a la hora de resolverlos- sabrán elaborar correctamente el proceso de disolución de la €zona.

Si la cosa se precipita y se hace mal puede agravar mucho la situación actual pero si se planifica y se toman decisiones valientes más allá del corto plazo podría no ser tan traumático como puede parecer. Honestamente, no tengo ni idea de lo que pueden llegar a proponer los políticos y no me voy a poner a especular sobre cómo lo harán, si lo retrasarán muchos meses –lo más probable-, unos pocos años o pasará este verano; si mantendrán un euro para un núcleo reducido de países más “similares” (si bien yo estoy en contra de la opción del “euro B” devaluado para España y otros países con problemas ya que si no estamos en primera división es mejor ir por libre y controlar autónomamente toda la política monetaria) o desaparecerá del todo. Lo que quiero trasmitir es que una ruptura del € a la larga no es peor que su mantenimiento forzoso sin sentido y que aunque costará mucho asumirlo a nivel macroeconómico, a nivel del ciudadano corriente sus consecuencias no son tan diferentes a las que ya está viviendo –y vivirá- dentro o fuera del euro por culpa de la actual Depresión económica que vive España y que hará que por vez primera desde la posguerra vayamos una década atrás, es decir, que viviremos peor en 2017 que en 2007. Como ya pasó hace 20 años con las 3 devaluaciones de la peseta, subirá el precio de todo lo importado –y por el efecto del petróleo seguramente suba mucho la inflación y los tipos de interés- pero podéis preguntar a los que lo vivieron o estrujaros la memoria si tenéis edad de recordarlo: no fue más grave que lo que estamos viviendo este año.

Yo mismo, que estoy convencido de que la crisis va para largo y que saldremos del €, estos meses he invertido en un par de negocios (un bar y una agencia que organiza recorridos turísticos) algo que no se me hubiera ocurrido hacer en 2009. La economía sufrirá un shock, especialmente si la transición se hace mal, pero nos podemos encontrar también con sorpresas positivas. Por ejemplo, la bolsa está –salvo casos puntuales- muy bajista pero una devaluación provocará que para inversores en libras, en dólares e incluso en yuanes, de repente empresas españolas muy atractivas (aunque sólo sea por sus activos en el exterior) de repente se abaraten para ellos un 30 o 40% que sumar a la bajada que llevan desde 2010…eso podría provocar una lluvia de dinero foráneo. Se abre ante nosotros un nuevo paradigma, como dice N. Taleb, y podemos encontrarnos que la teoría –válida hasta ahora- de que la vivienda en la ciudad baja menos de precio que las segundas residencias de veraneo pasa a ser la contraria con un rebote de las ventas inmobiliarias en la costas debido a la cantidad de jubilados del norte de Europa que vuelven a encontrar en España un país muy barato donde aprovechar mejor –y con un buen clima- sus pensiones.

Sinceramente, me hubiera gustado que triunfara el euro, de hecho ojalá desaparezcan todas las fronteras pero bajando al mundo real, creo es irreversible que España salga de la €zona y aunque sea algo que aún tarde bastante tiempo (aunque algunos le dan menos de 3 meses) no nos debería pillar desprevenidos y debatir abiertamente sobre ello ya que incluso el que no opine como yo debe reconocer que la posibilidad de que ocurra ha crecido en los últimos tiempos. No seremos los primerosni los últimos en hablar del tema.

Euribor

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